Trastornos de la alimentación en corredores

Cualquiera imaginaría que los trastornos alimentarios son cosa de adolescentes que quieren lucir como modelo de catálogo de ropa interior pero, ¡oh sorpresa! no es así. Los Trastornos en la Conducta Alimentaria también ocurren en deportistas, incluso, de acuerdo a un estudio publicado por el “Clinical Journal of Sport Medicine”,  estos afectan más a los atletas que a la población en general, y son más comunes en aquellos deportes donde la delgadez favorece el desempeño deportivo.

Como sociedad hemos sobrestimado el estereotipo de delgadez, al grado que cada vez es más común la práctica de conductas alimentarias de riesgo como dietas hipocalóricas (bajas en calorías) sin prescripción ni supervisión, uso de píldoras, ayunos o medidas compensatorias como el vómito, uso de laxantes y ejercicio físico en exceso.

Son muchos los factores que influyen en la conducta alimentaria de los corredores: hábitos aprendidos durante la infancia y la adolescencia, suplementación y las -inadecuadas- recomendaciones dietéticas por parte de amigos y/o entrenadores.

¿Sabías que más del 60% de las mujeres deportistas profesionales experimenta algún tipo de trastorno en la conducta alimentaria? Si bien se trata de una patología eminentemente femenina, cada vez son mas los hombres que se suman a estos padecimientos.

De acuerdo a la Asociación Americana de Psiquiatría, se entiende por TCA a la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y a la compulsión por comer. Por otro lado, existen trastornos de la alimentación no especificados (TANE) que no cumplen con todos los criterios para ser diagnosticados clínicamente como TCA pero que también implican un riesgo para la salud. 

Trastornos (TANE) más comunes entre corredores:

Porque me lo merezco

Llámese desde la “merecida” recarga de carbos hasta seguir –a conveniencia de si mismo-  la recomendación de realizar 5 “grandes” e interminables comidas por día. Este tipo de corredor consume más energía de la que gasta, realidad que se refleja en el peso. Se trata de un comedor compulsivo, los sujetos que padecen este problema suelen comer de manera descontrolada, pero sin utilizar medidas compensatorias por lo que siempre ganan peso e incluso –la gran mayoría- tiene sobrepeso.

Este trastorno viene acompañado de sentimientos de culpabilidad y vergüenza lo que puede llevar a más atracones. Suele detonarse por la falta de conocimiento en el manejo del estrés o conflictos emocionales.

Pastillero pesado, tenis ligeros

Pastilleros con mayor capacidad que el de nuestros abuelos podría llegar a considerarse como patología. La vigorexia no sólo se caracteriza por la extrema actividad física, también por la ingesta compulsiva de sustancias proteicas, “quema grasas” u hormonas anabolizantes con el fin de aumentar la masa muscular y mejorar su apariencia física. Aunque los hombres son los principales afectados, es un padecimiento que también afecta a las mujeres. Se ha estimado que podría afectar entre el 1 y el 10% de los usuarios habituales de gimnasios. Esto puede ocasional alteraciones metabólicas importantes que afectan la salud física y mental del deportista.

Sabías que un informe de la Comisión Europea revela que un 6% de las personas que acuden a un gimnasio se dopan.

Tan saludable que enferma

Como corredores estamos en el entendido que una alimentación saludable es un factor determinante en la salud y el rendimiento deportivo, pero cuando la comida se convierte en el centro de la vida y las restricciones dietéticas se vuelven cada vez menos flexibles se puede desencadenar un trastorno conocido como ortorexia. A diferencia de otros trastornos de alimentación, las personas que viven con ortorexia se enorgullecen de sus opciones saludables e incluso tratan de convencer a los demás a seguir su ejemplo y a castigarse cuando prueban una pequeña porción de algún alimento considerado como “prohibido”. Esta práctica puede conducir a que se supriman alimentos básicos en la dieta del corredor como la carne, la grasa y algunos otros alimentos que, en ocasiones, no se sustituyen correctamente por otros que brinden los mismos componentes nutrimentales.

Si bien correr es una disciplina que requiere dedicación, tiempo y esfuerzo, la obsesión, el perfeccionismo y el exagerado culto al cuerpo puede llegar a convertir esos divertidos y saludables entrenamientos en una abominable esclavitud que no sólo conduce a una insatisfacción permanente, sino que se puede llegar a convertir en el origen de graves patologías.

Algunos de los problemas más comunes que pueden encontrarselos corredores que padecen algún trastorno de alimentación son: cansancio crónico, mareo, escalofrió persistente, malestar estomacal, diarrea o estreñimiento continuo, fracturas por estrés, amenorrea (falta de menstruación), problemas en la piel, insomnio, mal humor, depresión y aislamiento social. 

Considera que el tratamiento ante “cualquiera” de estos trastornos debe ser multidisciplinario: médico, nutriólogo y psicólogo. El apoyo del entrenador, amigos y familiares también debe considerarse importantes dentro del proceso.

 

Somos lo que comemos vs. lo que nos movemos.