Quelites, un tesoro poco apreciado

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La palabra quelite proviene del náhuatl quílitl y significa “hierba comestible”, por tanto, toda planta cuyo follaje es comestible, se denomina quelite. Entre los más conocidos se encuentran el huauzontle, los berros, la flor de calabaza, el pápalo quelite, las verdolagas, la hoja santa y los romeritos.

Los quelites fueron utilizados por distintos pueblos prehispánicos, eran símbolo de riqueza y fertilidad, también, se les atribuían propiedades medicinales. Si bien, generalmente se cosechan en temporada de lluvias (de julio a septiembre), soportan distintos tipos de clima. En su mayoría no son cultivados, sino que aparecen espontáneamente entre la milpa (maíz, frijol, calabaza y chile) donde se cosechan y consumen cuando están en su punto exacto.

Versatilidad

Dependiendo del quelite se puede comer la hoja, la flor o el fruto, existen diferentes formas de prepararlos: en ensaladas, como guarnición, en sopas, platos fuertes e incluso, en infusiones.

El Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuenta con un inventario de quelites, en él se explican 244 especies, de 121 géneros pertenecientes a 46 familias botánicas en todo el país.

Un superalimento

Se llevan el título de superalimento ya que sobresale su aporte de:

  • Fibra: mejora el tránsito intestinal, favorece la salud digestiva y el mantenimiento del peso corporal.

  • Ácido fólico: interviene en la producción de todas las células de nuestro cuerpo.

Un dato: la deficiencia de ácido fólico o vitamina B9 provoca úlceras bucales, retraso en el crecimiento, hinchazón de la lengua y ciertos tipos de anemia.

  • Hierro: oxigena a todo el cuerpo e interviene en el transporte de energía a todas las células.

  • Antioxidantes: protegen a las células del daño causado por los radicales libres, previenen el desarrollo de ciertas enfermedades y el envejecimiento prematuro.

  • Potasio: evita la retención de líquidos, ayuda a mantener el equilibrio hídrico del cuerpo.

  • Vitamina C: promueve la formación de colágeno, mejora la absorción del hierro y fortalece el sistema inmunológico.

Un dato: Un reciente estudio afirma que el consumo de quelites ejerce un efecto inhibidor sobre el crecimiento de la bacteria Helicobacter pylori, responsable de padecimientos como gastritis, úlcera y cáncer gástrico.

Una sabia elección

  • Elige hojas de textura suave, color verde brillante y sin picaduras de insectos.

  • Selecciona tallos y hojas tiernas, ya que las hojas maduras suelen ser amargas.

  • Evita quelites con hojas marchitas amarillas o picadas.

  • Si no se consumen inmediatamente, conserva en papel humedecido o en una bolsa de papel estraza, en el cajón de verduras del refrigerador.

Lamentablemente, el consumo de quelites en México es muy bajo a pesar de ser un alimento nutritivo, económico y fácil de preparar. Incorporar este ingrediente estrella en la alimentación diaria puede contribuir a mejorar la calidad de la dieta, y por tanto la salud de miles de mexicanos.

Este texto lo escribí para el suplemento Menú de El Universal.