Dieta y cáncer de mama

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El cáncer de mama es la neoplasia más frecuente en la población mundial con una prevalencia de 36.3% y es la causa con mayor mortalidad en la mujer  (14.7%). Los países desarrollados (excepto Japón) presentan mayor incidencia.

Aunque se sabe que el cáncer de mama es una enfermedad multicausal, una dieta correcta puede ayudar a mejorar la calidad de vida, mantener una buena nutrición y un peso saludable.

Reducir la grasa corporal puede ayudar a reducir el nivel de estrógenos, hormonas sexuales femeninas asociadas con un mayor riesgo de ciertos cánceres. Para ello, las opciones en tu alimentación pueden marcar la diferencia.

  • Acerca tu alimentación a lo más natural posible y reduce el consumo de alimentos empaquetados.
  • Evita el consumo frecuente de alimentos fritos, capeados, ahumados o tostados (quemados).
  • Limita el consumo de carne roja. Elige cortes bajos en grasa como la falda, el filete o el cuete.
  • Prefiere siempre, siempre agua natural a bebidas azucaradas.  
  • Aumenta el consumo de alimentos ricos en vitaminas y antioxidantes, como: fresas, moras, frambuesas, guayaba, nopal, limón, granada, brócoli, verduras de hoja verde, aguacate, aceite de oliva, ajo, chía, nueces y leguminosas (frijol, haba, lenteja, garbanzo).
  • Consume alimentos ricos en Omega 3.

Cabe mencionar que ningún alimento (o suplemento) por sí solo va a mejorar o a cambiar la condición de la enfermedad. Es necesario que el paciente se someta a un tratamiento integral guiado por un médico.

Y, ¿qué hay de la soya?

De acuerdo a Clínica Mayo, la ingesta de soya ejerce un papel protector en mujeres premenopáusicas. The American Institute for Cancer Research señala que una o dos porciones de alimentos con soya por día no aumentan -y pueden disminuir- el riesgo de cáncer de mama.

Una porción de soya es:

  • ⅓  taza de nueces de soya
  • ½  taza de edamames
  • 1 taza de leche de soya. Prefiere siempre en la versión sin azúcar